24 pues aunque el ejército de los arameos había venido con poca
gente, Yahveh entregó en sus manos a un ejército muy grande; porque
habían abandonado a Yahveh, el Dios de sus padres. De este modo los
arameos hicieron justicia con Joás.
25 Y cuando se alejaron de él, dejándole gravemente enfermo, se
conjuraron contra él sus servidores, por la sangre del hijo del
sacerdote
Yehoyadá, le mataron en su lecho y murió. Le sepultaron en la Ciudad de
David, pero no le sepultaron en los sepulcros de los reyes.